A sus 21 años, Gianella Váldez Almada se presenta como un verdadero ejemplo de versatilidad y determinación. Esta joven iteña ha cultivado una vida llena de facetas, destacándose como militar, modelo, amazona, boxeadora y con miras a convertirse en abogada.

El camino hacia esta polifacética trayectoria fue inspirado por su madre, a quien siempre admiró por su fuerza, determinación y valentía. Siguiendo sus pasos, Gianella abrazó el espíritu guerrero desde temprana edad, marcando así el inicio de una historia que prometía desafiar cualquier límite.

Al terminar el colegio, Gia (nombre por el que todos la conocen) decidió adentrarse en el mundo de la milicia. Este paso no solo fue una elección, sino una vocación que había cultivado desde pequeña, impulsada por un profundo sentido de servicio y compromiso con su país.

Asimismo, desde su infancia, demostró un interés innato por el mundo del modelaje, lo que la llevó a incursionar en la industria como modelo publicitaria.

También el deporte siempre ha sido una parte fundamental de su vida, y encontró en el boxeo una vía para canalizar su espíritu competitivo y su pasión por el desafío. Pero su ambición no se detiene ahí; también se embarcó en el mundo de la equitación, convirtiéndose en una amazona consumada.

Pero Gianella Almada no se detiene en los límites de la acción física; su mente inquieta y su afán por la justicia la han llevado a abrazar la doctrina legal. Con la convicción de que conocer y defender los derechos propios y ajenos es fundamental, se ha propuesto seguir la carrera de derecho, con el objetivo de convertirse en una abogada que luche incansablemente por la equidad y la justicia para todos.

La historia de esta joven es un testimonio vivo de que los sueños no tienen límites, y que la determinación y el trabajo arduo pueden llevar a alcanzar cualquier meta, por más diversa y desafiante que parezca. Con un espíritu indomable y una voluntad de acero, esta joven iteña continúa su camino, inspirando a otros a perseguir sus propias pasiones con valentía y convicción.

Una lección valiosa que nos enseña que el éxito no depende de la edad, sino de la mentalidad y la perseverancia.