/Comencé como ordenanza, persistí y hoy tengo mi propia imprenta

Comencé como ordenanza, persistí y hoy tengo mi propia imprenta

Todos tenemos sueños… Algunos los alimentan con optimismo y esperanza, otros se sientan a esperar la oportunidad para intentar lograrlos y finalmente están los que luchan y se esfuerzan por hacer sus sueños realidad. Fabio Gómez, con tan solo 16 años ingresó a trabajar como ordenanza y en vez de quejarse de su suerte, puso todo su empeño para aprender sobre la industria de la imprenta, y hoy cuenta con su propia empresa de artes gráficas.

“Tenía 16 años cuando comencé a trabajar de ordenanza en una imprenta, realizaba de todo, y aunque a veces hacía trabajos que me hacían sentir incómodo, nunca me quejé porque sabía que formaba parte de un proceso. No pensaba trabajar siempre como ordenanza, quería aprender e ir ascendiendo, y lo logré gracias a mi curiosidad”, asegura.

Su curiosidad, ganas de salir adelante, positividad y optimismo en su ambiente de trabajo, le permitió a Fabio Gómez, ser querido por todos e ir escalando, hasta llegar al puesto de jefe de producción.

“Siempre estuve en todo y no dejaba pasar las oportunidades de aprender algo nuevo, y fue así que llegué a ser jefe de producción. Durante varios años trabajé en la imprenta donde comencé como ordenanza, luego pasé a otra firma durante 9 años hasta que los propietarios tuvieron diferencias que desembocó en el despido de varios empleados y en la lista estaba mi nombre”, expresa el emprendedor.

A pesar del golpe, Fabio Gómez no se vio desanimado, sino lo vio como la perfecta oportunidad de emprender hacia su propia imprenta.

“Al recibir la noticia, miles de cosas pasaban por mi cabeza pero no di paso al desánimo, al contrario me enfoqué en mi sueño, mi propia imprenta. No fue mucho dinero lo recibido, pero era suficiente para dar el primer pasó, compré una multilith doble carta y alquilé un salón con un amigo”, relata entre risas.

A sabiendas de que no sería fácil, Fabio comenzó a realizar pequeños trabajos a conocidos, tocar puertas y puertas para armar su propia clientela. Luego de varios años de sacrifico por dar a conocer su imprenta, le surge un trabajo para el club Cerro Porteño, lo cual significó un gran paso la empresa y actualmente sigue trabajando para el populoso club.

“Siempre apunté a grandes cosas, cumplí mi sueño de tener mi propia imprenta pero también quería contar con una clientela importante. Trabajar para el Cerro Porteño el primer paso, y hoy en día sigo trabajando para firmas reconocidas gracias a la calidad de mis trabajos”, resalta.

Hoy en día, FG Impresiones es el sueño hecho realidad de un joven que a los 16 años decidió trabajar como ordenanza para ir tras su ilusión de ser alguien en la vida.