“Nació mi nena y por nada me separaba de ella. Sin embargo, llegó la hora de volver al trabajo y es cuando surgieron los sentimientos contradictorios. Armándome de valor, volví, y mi bebé se quedaba con mi mamá. No pasó ni un mes, cuando decidí vigilar y compartir su crecimiento a costa de renunciar a mi empleo», relata.

Con el apoyo incondicional de su pareja, Claudelina comenzó a quedarse en la casa al cuidado de su pequeña, pero al poco tiempo, empezó a sentirse incompleta por no generar un ingreso. Dedicándose de lleno a su pasatiempo, «realizar manualidades», acortaba el día.

“Por un lado era feliz porque estaba con mi hija y por otro, me sentía incompleta al no trabajar y generar mi propio dinero, inclusive llegué a deprimirme. Desde pequeña, realizar manualidades era mi hobby, en ocasiones especiales realizaba algunos detalles y los vendía en la oficina, pero nunca lo vi como un medio de ingreso fijo. No obstante, en mi desesperación, comencé a realizar de todo, y fue así que empecé esta aventura», expresa sonriente.

Su amor por el diseño y su experiencia en el rubro, sumaron y fueron la base de su emprendimiento. Investigando y dejando volar su imaginación, Claudelina dio inicio a su emprendimiento Variedades Fiorella. Centro de mesas, souvenirs, remeras personalizadas, tazas con diseños originales, candy bar, tarjetería, son tan solo algunos de los innovadores productos de la marca.

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