Ellos son Adán (11) y Augusto (13), dos inquietos y curiosos hermanos residentes en la “capital del ñanduti”, y quienes observando a su madre, comenzaron a realizar sus primeros puntos de ñandutí. Hoy causan furor en las redes gracias a sus hermosos productos.

Ambos se consideran amantes del fútbol, y aseguran que gracias a la fabricación y venta de sus trabajos a base de Ñanduti, pueden pagar sus prácticas con la esperanza de defender algún día la camiseta de la selección paraguaya.
Por otra parte, a pesar de sus tan cortas edades, ellos son conscientes de la belleza y valor del más representativo tejido colorido. Asimismo, aseguran que ellos forman parte de quienes luchan por mantener viva la cultura y la identidad de nuestro país.